Abel Pintos: “Yo creo en Dios porque no lo puedo explicar…y probablemente siga creyendo en la música por la misma razón”*
La expectativa en la sala de prensa mantenía el vilo con el que también desde el mediodía los fans aguardaban ansiosos en la galería del salón mayor del Predio Ferial, apostados con banderas, remeras y carteles dedicados a su ídolo.
Y minutos antes de, por fin, saludar a esa multitud que lo esperaba paciente en la primera noche de festival del Poncho 2025, el artista de Ingeniero White -a pocos kilómetros de Bahía Blanca- exponente indiscutido del folklore argentino, cruzó la puerta para charlar con los periodistas de una manera clara, calma y precisa. De polera oscura, pantalones y botas de cuero negras, sobrio y minimalista, se predispuso a las preguntas sin perder de vista -o de oído- lo que ocurría apenas a metros de distancia, en el escenario donde Cara Fea ofrecía su actuación.
“Qué hermoso!” exclamó en el medio de una respuesta, atraído por los acordes de “La Voz de un amigo” la chacarera que se transformó en un feat compartido entre la banda local con Los Nocheros, Canto 4, Christian Herrera, Gaby Morales, Daniel Cuevas y Los Cabales. Y fue el detalle que permitió mostrar al artista nato que, cumpliendo aun con las notas de rutina, la relación pública, la charla amena para contar su historia, no puede dejar de ocupar todos los sentidos en el amor que lo cautivó desde siempre: la música.
*Universos que se alinean*
“Hace dos días me contacté con ellos porque los escucho hace tiempo, es una banda tremenda, y era mi deseo llegar, compartir un rato con ellos y armar algo para hoy o para algún evento y al final me sentí congestionado y lo dejamos para otra oportunidad”, indicó en torno al conjunto de Catamarca y tras ser consultado sobre la posibilidad de que Valentín Vargas u otro artista pudiera alguna vez cantar con él.
Qué tiene que tener un artista para poder trabajar con vos?, le preguntaron. “No creo que tenga que tener algo en particular para que podamos hacer algo juntos, tiene más que ver con el orden de las causalidades. En mi caso, nunca hice una colaboración que no haya surgido de una forma espontánea y un deseo natural. Hay ciertos universos que se tienen que alinear tal vez. Un amigo dice que la música es el arte de coordinar agendas y horarios y estoy de acuerdo, porque a veces pasa eso”.
*La pasión*
¿Cómo se hace para mantenerse vigente?, pregunta un colega. Guiado por la templanza y seguro de la respuesta, Abel sentencia: “no creo que haya una fórmula. Lo que sí creo que es fundamental y lo primero que tiene que tener vigencia es la pasión por lo que hacés, en tu corazón. Si eso no está en vigencia muy probablemente todo lo demás te va a costar mucho. Yo prefiero apoyarme en eso y ocuparme en eso como un scan de lo que más me llega. Después también hay parámetros artísticos, convocatoria, número de reproducciones, que son cosas que uno no puede controlar. Con algunas estoy de acuerdo o entiendo, con otras no. De lo único que puedo ser consciente es si sigue vigente en mi corazón el amor por la música. El dia que ese scan me diga que no, será el momento de pensar a qué otra cosa me puedo dedicar (risas)”.
*Canciones con recorrido*
Cuándo un tema es un éxito?, “cuando me doy cuenta que sucede, llego tarde. Gracias a Dios. Hay una frase que me gusta mucho y es que yo creo en Dios porque no lo puedo explicar…y probablemente siga creyendo en la música por la misma razón. Hoy a fuerza de algoritmos y cosas, hay algo especial de la música que todavía no se puede estudiar. Esto por ejemplo, qué carajo va a pasar con la canción cuando la saques por mucho que importe para vos, no lo sabe nadie y eso se lo agradezco a Dios. Escribo mis canciones, las edito y con el paso de los años recién termino advirtiendo el efecto en el público. Hay canciones que escribí y diez años después cobraron magnitud. Ninguna canción de mi carrera salió y al otro día era conocida por todo el mundo. Eso es algo que no experimenté nunca en mi vida. Todas las canciones que hice tienen un recorrido”.
El público del Poncho
La multitud lo aclamaba del otro lado de la puerta. Personas mayores a él, otros contemporáneos y otros más jóvenes ensayando en sus memorias las melodías de “La llave” para acompañar una vez más al artista que hace diez años atrás caminaba tranquilo y de incógnito por la peatonal Rivadavia y saludaba con sencillez a quien lo advertía. “Yo pienso que el público catamarqueño me siente un artista más cercano que otra cosa, porque hace muchos años que vengo. Estoy acá porque me encanta Catamarca y porque necesitábamos hacerlo”, confesó.
Que lugar ocupa el escenario del Poncho? “Ocupa un lugar muy importante en mi corazón. Tuve la oportunidad de ver distintas etapas del festival y él también tuvo la oportunidad de ver distintas etapas mías. Crecer de la mano de un festival y tratando con todo su público, es de las cosas que hoy veintimuchos años después me enorgullecen y emocionan, porque no es sencillo el camino de un artista que busca crecimiento constante y a veces que no es tan posible. Y en los momentos de mesetas muchas veces pierde esa ilusión. Con los festivales pasa lo mismo y no siempre pueden seguir creciendo. Me toca ser testigo de pasar por esta etapa en que el festival sigue vigente”.
*Presente*
Con Casi 30 años de carrera, 14 álbumes, cientos de giras por el país y el mundo y hoy, con una familia que le regala la posibilidad de seguir componiendo con otra mirada pero la misma pasión, Abel Pintos sonríe, se saca una selfie con la prensa y se apresta a devolver en canciones un poco apenas del tremendo amor que recibe de la gente. “Qué extraña el Abel Pintos de hoy, respecto al de ayer? Sinceramente no muchas cosas, probablemente nada, soy un hombre que está bastante de acuerdo con el cambio -se ríe-. Miro para atrás y tampoco suelo ser crítico porque lo que fue, es lo que fue. Pero en orden general, me siento feliz cuando miro hacia atrás, me siento muy contento con mi tiempo presente”.