
El gobierno de España la invita de manera oficial en junio de 1947. Evita emprende entonces una gira por Brasil, Uruguay, Italia, Mónaco, Suiza, Portugal y Francia. En España, le otorgan la más alta condecoración: la Gran Cruz de Isabel la Católica. En Italia, la recibe el Papa Pío XII, quien le regala el rosario de oro que llevara entre sus manos el día de su muerte. En la foto, en la Catedral de Notre-Dame en París, con el Nuncio Apostólico, Monseñor Angelo Roncalli, futuro Papa Juan XXIII