El Ministerio de Salud de la Nación oficializó este martes una profunda reforma del sistema sanitario argentino y confirmó que el país se retirará de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En un comunicado difundido tras la visita del secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., la administración del ministro Mario Lugones anunció que el nuevo paradigma tendrá como ejes la prevención, la evidencia científica y la soberanía nacional en materia de salud.
Entre los principales puntos de la reforma, el Gobierno detalló la revisión de organismos nacionales que presentan superposiciones o ineficiencias, la restricción del uso de aditivos sintéticos en alimentos, especialmente por su impacto en la salud infantil, y la evaluación del sistema de autorizaciones rápidas de medicamentos. Además, se impulsarán controles más estrictos para la aprobación, fabricación y supervisión de vacunas, aunque se ratificó la continuidad de campañas con eficacia comprobada, como la del sarampión.
Respecto a la salida de la OMS, la cartera sanitaria cuestionó el rol del organismo internacional, al que acusó de tener “intereses políticos” y de intentar “condicionar la soberanía sanitaria” de los países miembros. En ese sentido, llamaron a “repensar” el papel de las entidades supranacionales y remarcaron que el nuevo modelo buscará “cuidar la salud con base en evidencia científica, sin reproducir burocracia sin control”.
“La innovación no debe justificar decisiones sin respaldo”, sostuvo el comunicado oficial, que presenta la reforma como una transformación estructural orientada a “poner al ciudadano en el centro” y dejar atrás un sistema centrado únicamente en reparar enfermedades. El enfoque, según el Gobierno, estará puesto en la transparencia, la prevención y el fortalecimiento de la confianza pública.