El dato surge de la consultora Moiguer y Asociados. Su director del Área de Investigación, Martín Eandi, explicó en los factores a tener en cuenta para entender el fenómeno.
– Hay gente que pelea para terminar el mes, ya que el consumo de cuestiones básicas, como alimentos, cae, y hay una mayoría que no accede; y sin embargo, hay una sensación de que hay otros que están con excedentes.
¿Cómo se explica?
Desde Moiguer venimos estudiando el humor social y el consumo hace años. Observamos una recuperación salarial en los niveles socioeconómicos altos, que están por encima de la inflación, combinada con un dólar relativamente barato. Esto permite a la clase media alta y alta realizar consumos postergados, como viajes al exterior o compras de bienes importados. Por otro lado, más del 60% de los hogares de niveles bajos declaran no llegar a fin de mes.
– ¿Qué datos respaldan esta polarización?
El turismo emisivo creció un 80% este verano respecto al anterior, y para este invierno las aerolíneas internacionales sumaron seis frecuencias diarias a destinos como Estados Unidos. Además, las importaciones de bienes de consumo, como electrónica y ropa, aumentaron un 75%. Sin embargo, en los sectores más bajos, seis de cada diez hogares no cubren sus gastos básicos, y un 40% usa ahorros para gastos corrientes.
– De acuerdo a esta investigación, ¿es posible decir que con estas políticas económicas mucha gente está mejor, mucha gente está peor, quizás más gente está peor por lo que decís de los porcentajes?
Ambas realidades coexisten. Todos los niveles socioeconómicos reportan mejoras en su capacidad de compra hacia el primer trimestre de 2025, pero en el segundo trimestre se ven luces amarillas. Las clases medias bajas y bajas no han tenido la recomposición de ingresos que sí tuvieron las clases altas, especialmente en el empleo privado registrado.
– ¿Por qué la gente opta por consumir afuera?
Aunque solo un 11% declara haber comprado en el exterior hasta mayo, esto podría crecer por el boca a boca y la difusión en redes, lo que plantea un desafío para la industria local, tanto en turismo como en manufactura.
– ¿Qué pasó con la clase media argentina, que históricamente definía al país? Es decir, el argentino se definía como de clase media. ¿Qué pasa ahora?
La clase media está desdibujada. En 2004, el 91% se autopercibía como clase media; hoy, eso cayó al 74%. Además, está desparametrizada: muchos no cumplen con los antiguos indicadores de clase media, como tener vivienda propia o auto. Cuatro de cada diez tienen más estudios que sus padres, pero no sienten ascenso social. Siete de cada diez ven el trabajo solo para pagar cuentas, sin perspectiva de crecimiento.
– ¿Y cómo se divide la clase media hoy?
La clase media representa un 44-45% de la población, pero está partida: un 40% es media alta, con hábitos y consumos más cercanos a la clase media tradicional, y un 60% es media baja, más parecida a la clase baja en ingresos y estilo de vida. Es una sociedad más heterogénea, con varias clases medias dentro de la clase media.
– ¿Qué rol juega el ahorro y el endeudamiento en esta polarización?
Cuatro de cada diez hogares usan ahorros para gastos corrientes, especialmente en niveles bajos. Además, el endeudamiento crece: la mora en tarjetas de crédito aumentó, y la carga de deudas familiares está en alza, acompañando el leve repunte del consumo.
Fuente / Cadena 3